“¡Destacada no, vanguardia! Pero eso a mà no me importa para nada.”- me responde mi madre en un correo.
Mi mamá ha sido destacada y vanguardia tantas veces que ya otro reconocimiento más en su centro de trabajo no es noticia. Qué noticia puede ser algo que al final no le ha resuelto nada en su vida? Cuando tu salario no cambia, ni alcanza para cubrir tus necesidades básicas; de qué puede servir la moral alta? Lo único que consigue una persona cumplidora  en un sistema asà es que le entreguen más trabajo y que su estómago se quede igual de vacÃo.
Si no has vivido en un sistema comunista (o por lo menos que se describa asÃ) es difÃcil reconocer la pérdida de tiempo que trae tener que atender a reuniones durante años para recibir aplausos, almacenar diplomas y coleccionar medallas. Mis abuelos igualmente necesitan un cajón para tantos recuerdos.
Esta noticia sobre mi madre, que llega a través de una amiga cubana, me llega a mà por los dÃas en los que mi centro de trabajo en Toronto (trabajo en un banco canadiense) ha empezado a reconocer al Empleado del Mes. Lo curioso de todo esto es que para mÃ, todo lo que huela o me recuerde a Cuba en ese aspecto me da un gran tedio y un terror secreto que en Toronto, nadie comprende.
Primeramente, me da risa porque soy cubana y los cubanos somos famosos por reÃrnos y bromear con todo lo que nos molesta. La mayorÃa de las veces no resolvemos nada pero la risa todavÃa nos queda y nos alivia de alguna manera. Ya me he burlado mentalmente de la promoción que se le da al empleado del mes, las reuniones para anunciar los empleados destacados y hasta he preguntado a algunos a quién le pagan por salir con estas ideas tan geniales. Pan y circo!
A nadie le importa, ni tampoco nadie opina. La gente participa porque no le queda más remedio y son los jefes los que te dicen de presentar un candidato por grupo para el reconocimiento y te lo recuerdan como algo importante.
Ya una vez, hace algunos años, en el mismo banco pero en otro departamento, prepararon un mural de estrellas, y cada trabajador que se distinguiera por alguna tarea bien hecha se le confeccionaba una estrella con su nombre, un comentario positivo y se mostraba en el mural. No es la primera vez que en una compañÃa grande se hacen estas cosas, pero a mÃ, por experiencia, me sabe amargo todo esto y no me hace ninguna ilusión.
La vacuna contra esa enfermedad me la han puesto bien temprano en la vida. Yo tuve estrellas de pequeña y hasta el “Beso de la Patria” recibà en 6to grado frente a todos los estudiantes de la escuela primaria.
Yo quiero hacer mi trabajo con profesionalidad y esfuerzo para después llegar a una casa limpia, con paredes seguras y con un plato de comida caliente. Por mÃ, qué se ahorren los diplomas, por favor y gracias!
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