Ya me habían dicho que no había papel sanitario en La Habana, que estaba perdido, que llevara una reserva por si acaso, pero que era seguro que la iba a necesitar. Yo primero protesté y me negué a llevar papel conmigo, pero dos días antes de partir a Cuba, mi madre me pidió de favor que llevara par de rollos. El Sanitec, (el único que venden), se había desaparecido de las tiendas. Ahí fue la buena cubana a guardar su orgullo y sus rollos de papel en la maleta.

Aterrizando en La Habana empiezan las actualizaciones: los productos de limpieza faltan, el paquete pequeño de café no se encuentra con facilidad, los fideos son un producto exótico… Todo un evento para mantener a los ciudadanos pensando en cosas básicas.

El día que el producto llegó al mercado de la Avenida Boyeros y Camaguey se podía ver a cada cliente comprando al menos un paquete. La gente con más dinero compraba dos y tres para guardar y otros, con negocios particulares de restaurantes o alquiler, llenaban los carritos de la compra hasta arriba. De repente, había una montaña de Santinec, la cola no terminaba nunca y los rollos se vendían como pan caliente. Suerte para el que en ese momento tenía el dinero y lo podía utilizar en eso… pero ese ya es otro tema.

Esto no quiso decir que el abastecimiento fuera para toda la ciudad, simplemente mi madre y yo nos pusimos de suerte ese día y pudimos comprar 4 paquetes: para dejarle a la abuela y para llevar a casa. El resto de la ciudad seguiría buscando alternativas en el baño (?), comprando el papel a sobreprecio y haciendo listas en la tienda para cuando llegara el divino tesoro.

De camino al Vedado, la gente nos paraba por la calle para preguntarnos dónde habíamos comprado el papel. Todo un show cubano! El cortometraje perfecto!

Un muchacho latinoamericano que nos cruzamos por 23 y L, seguramente un estudiante viviendo en La Habana, nos preguntó por dónde habíamos conseguido el papel y cuando le dijimos que en la tienda de Boyeros y Camaguey creyó que era en la provincia de Camaguey. Tuvimos que parar a explicarle dónde quedaba la tienda exactamente. Esto no nos sorprendió. Enseguida recordamos el viaje a  Cienfuegos en Noviembre, cuando todo el grupo compró escobas, porque en aquel momento no se encontraban en La Habana.

Cuando me fui de Cuba todavía había problemas. Supongo que cuando falta el papel higienico en Venezuela es noticia internacional, pero cuando falta en Cuba es “otra cosa que anda perdida”. A nadie le asombra, llevamos décadas resolviendo con lo que aparezca, cuando aparezca, si aparece…

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