De este dÃa este dÃa no se si saldré con vida!
Solo mi cerebro y corazón funcionan. De la mañana a la tarde debatiendo por la patria, no le dan aire a mis pulmones ni fuerza a mis vértebras para andar en paz y equilibrio.
Se pelean por lo que pudo haber sido, por lo que podrÃa ser. De tanta contradicción se me cansa el corazón pero el cerebro sigue y sigue en este dÃa eterno, ganando terreno, sintiéndose victorioso, venciendo al delicado corazón en la carrera del pesimismo. La mente sabe que sin tener al juez por excelencia de su lado nada se puede llevar a cabo con éxito.
Con permiso de la cabeza los dedos veloces teclean pero los ojos se cierran por no leer lo que el corazón siente. La mente siempre resulta más rápida, certera, justa, pero también tenebrosa.
Qué se acabe el dÃa ya! Que la noche me ponga a dormir y se renueve el corazón para que mis brazos produzcan, para que mis riñones filtren todo lo malo de este dÃa y yo pueda continuar tranquila, viviendo, sin grandes padecimientos.
A veces no es fácil, estos dÃas retornan, se vuelven más comunes. El cerebro insiste en que algo debe hacerse aunque se destruya todo, aunque todo se pierda. El corazón temeroso sostiene y pinta las ruinas de todo lo que ve, no quiere más peso ni más dolor. El corazón esperanzado se conforma con el presente y con el estado de las cosas.
Algún dÃa este conflicto va a terminar. Se que si el cerebro gana, mi cobarde y pobre corazón no lo va a aguantar.